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26.6.08

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El buque hundido en Matxitxako no es el bou Nabarra




Los equipos de buceo han descartado finalmente que los restos hallados en el Cabo Matxitxako pertenezcan al Bou Nabarra, un buque perteneciente a la Marina de Guerra de Euskadi hundido en la guerra civil. Aunque todavía se desconoce la identidad del pecio, se sabe que se dedicaba al transporte del mineral de hierro. El descubrimiento del pecio fue posible a raíz del encargo realizado por el Gobierno Vasco a la Fundación Azti-Tecnalia para llevar a cabo la cartografía para la caracterización de fondos de la plataforma continental vasca con fines medioambientales.
VP
De este modo, en agosto de 2007 se recogieron datos mediante una sonda acústica multihaz de alta frecuencia y máxima resolución. Al analizar los resultados, los expertos identificaron un barco hundido en las proximidades de Matxitxako, sobre fondos de unos 100 metros de profundidad y en relativo buen estado.
De todos los barcos hundidos en la zona, se comprobó que éste coincidía con el Bou Nabarra. Para poder verificarlo, el pasado 15 de febrero se utilizó un vehículo submarino teledirigido, que obtuvo las primeras imágenes del barco.
Según han explicado los submarinistas de la asociación Kresala que han participado en las inmersiones entre mayo y junio para corroborar los datos ofrecidos por el robot, el pecio se encuentra sumergido a 6 millas frente a San Juan de Gaztelugatxe, entre 93 y 95 metros bajo el nivel del mar. Allí abajo, a pesar de la limpieza del agua, no llega la luz, por lo que "como bucear de noche", con una visibilidad de apenas tres metros.
A esas profundidades, las altas presiones, de alrededor de 10 atmósferas, requieren del empleo de equipos especiales como los trajes de sistema de circuito cerrado electrónico utilizados. Además, han explicado, los buceadores necesitan pasar dos horas de descompresión antes de volver a la superficie.
Al bajar hasta el pecio, los submarinistas pudieron comprobar que parte de la carga había escapado de las bodegas, observando restos de minera de hierro por la zona. Este hallazgo descartaba que se tratara del Nou Nabarra y apuntaba, según han explicado, a un carguero de tamaño medio de principios de siglo, probablemente de los que llevaban mineral de hierro a Cardiff (Reino Unido) y volvían con carbón.
En sus inmersiones, los buzos encontraron otras pruebas que descartaban la hipótesis del buque de guerra, pues el casco se encuentra entero, sin restos de haber sido hundido tras una batalla naval. Tampoco se han encontrado restos del cañón que portaba, aunque si un artefacto que, sospechan, podría tratarse de una ametralladora, que atribuyen a las necesidades de defensa de la época, con gran cantidad de piratas y confiscaciones de guerra.
A pesar de que las mediciones tomadas originalmente apuntaban a unas dimensiones similares a las del Bou, las inmersiones han permitido comprobar que difieren, pues la proa no llega a los 8 metros, frente a los 14 que debería tener, y la manga del barco tampoco coincide con la del navío vasco.
Sobre su identidad, los buceadores han admitido no tener datos, ya que tras investigar en fondos documentales no han encontrado ningún naufragio en la zona que coincida con sus características. Probablemente, han explicado, se le de por desaparecido en otra zona, pues, en aquella época, "los barcos no naufragaban, se perdían".
En cuanto a la posible ubicación de los restos del bacaladero vasco, los submarinistas han explicado que será difícil encontrarlos si el escáner de Azti no lo ha detectado, dado que pocas millas más allá se acaba la plataforma continental, lo que supone que el barco podría estar sumergido a más de mil metros de profundidad.
El Bou Nabarra se enfrentó el 5 de marzo de 1937, cerca de cabo Matxitxako, con el crucero franquista Canarias que atacó a un convoy que se dirigía a Bilbao, protegido por los Bous de la "Marina de Guerra Auxiliar de Euzkadi". La falta de navíos de guerra para las labores de escolta obligó al recién constituido Gobierno Vasco a artillar barcos atuneros y bacaladeros, tipo este último al que pertenecía el Bou. El navío se enfrentó al buque durante más de tres horas pero finalmente fue hundido y murieron treinta tripulantes.